> El Gran Concurso de Aventuras de MicroHobby_
El Gran Concurso de Aventuras de MicroHobby fue un certamen nacional de creación de aventuras conversacionales convocado por la revista MicroHobby y la compañía Aventuras AD en su nº 190 (verano de 1989). Recibió más de cien obras participantes y está considerado uno de los hitos fundamentales en la historia del género en España.
El objetivo principal era fomentar la afición por las aventuras conversacionales y dar apoyo a la difusión del PAWS, recientemente traducido al castellano por Aventuras AD. Aunque el concurso estaba abierto a cualquier plataforma, la práctica totalidad de las obras recibidas fueron desarrolladas para ZX Spectrum utilizando PAWS.
El certamen fue presentado en el nº 181 de MicroHobby, junto al anuncio de la creación del Club de Aventuras AD.
> Bases del concurso_
Para participar, los trabajos debían enviarse junto con el cupón que aparecía en la revista. La convocatoria estaba abierta a todos los interesados, excepto a aquellas personas que tuvieran algún vínculo con Aventuras AD o con la redacción de MicroHobby.
Aunque inicialmente la fecha límite de entrega se fijó para el 31 de diciembre de 1989, finalmente se decidió ampliar el plazo hasta el 31 de marzo de 1990, dando así más margen a los participantes.
Los originales podían presentarse tanto en casete como en disco, y se aceptaban obras destinadas a cualquier sistema. Sin embargo, los organizadores advertían que los trabajos no serían devueltos bajo ninguna circunstancia. Además, Aventuras AD se reservaba el derecho de realizar una preselección de las obras recibidas antes de someterlas a la evaluación del jurado, que estaba formado por miembros de la propia compañía y de la revista.
Entre los incentivos para participar, se encontraba la posibilidad de que los títulos finalistas fueran publicados dentro de la colección de casetes que editaba la revista. Con el avance del concurso, se añadió un nuevo requisito: los autores debían enviar también un guion, un mapa y una solución completa de su aventura. Esta nueva exigencia provocó que muchas obras quedaran descalificadas por no cumplir con las condiciones establecidas.
> Premio_
El ganador del certamen recibiría un único premio de doscientas mil pesetas, y además su aventura sería publicada por Aventuras AD y obtendría un trato preferente para futuras colaboraciones con la compañía. Como parte del reconocimiento, se incluía un viaje a Londres, donde tendría la ocasión de conocer en persona a algunas de las figuras más emblemáticas de los juegos de aventura en Inglaterra. Asimismo, el premio contemplaba visitas a las oficinas de MicroHobby en Madrid y a las de Aventuras AD en Valencia.
> Participación_
Desde un principio, el número de aventuras recibidas desbordó las previsiones. En el nº 200 de MicroHobby ya se mencionaban noventa y seis aventuras participantes, cifra que terminaría superando el centenar.
El propio Andrés R. Samudio comenzó a comentar las obras más destacadas en su sección El Mundo de la Aventura, y se creó en paralelo la bolsa de aventuras del CAAD, como espacio para distribuir las numerosas obras surgidas al calor del concurso.
La selección y evaluación fue finalmente asumida por Juan J. Muñoz, director del CAAD, cuya implicación directa en el proceso provocó ciertas fricciones con otros autores aficionados.
Se recibieron un total de ciento tres aventuras.
> Finalistas_
En el nº 212 se dio a conocer la lista de las siete aventuras finalistas: Espejos de Pedro J. Rodríguez, El anillo de Juan A. Paz, Memorias de un hobbit (> Jugar_) de Javier S. José, Midnight (> Jugar_) de Carlos Sisí, Johny Vayna (> Jugar_) de Pedro Amador, Dr. Jekyll vs Mr. Hyde (> Jugar_) de Jaime Perez y Sheriff (> Jugar_) de Antonio Haro.
Sin embargo, el concurso no proclamó un único ganador, debido a la crisis del género y la bancarrota de Aventuras AD, por lo que se descartaron los viajes anunciados, la posibilidad de publicación comercial y el premio en metálico.
En su lugar, se propuso —y fue aceptado por los finalistas— recompensar a los ganadores con una copia del DAAD y una estancia formativa en Valencia. Aunque todos recibieron la herramienta de autoría, ninguno pudo viajar a Valencia debido al cierre definitivo de la empresa.